jueves, 11 de abril de 2013

HACER EL ASNO




Un día, el burro de un agricultor cayó en un pozo. El animal gimió lastimeramente durante horas, y el agricultor no sabía qué hacer. Finalmente, como el animal era viejo y el pozo estaba llamado a desaparecer, decidió que no era rentable rescatar el burro.
Pidió ayuda a sus vecinos y armados de palas comenzaron a enterrar el pozo. Al principio, el burro se dio cuenta de lo que pasaba y se puso a rebuznar con toda su fuerza. Después sorprendió a todos con su silencio.
El agricultor después de algunas paladas de tierra miró al fondo del pozo y no podía creer lo que estaba viendo. El burro se sacudía la tierra que le caía y se subía encima. Mientras ellos echaban tierra, el burro se la sacudía y se montaba encima una y otra vez y así, para sorpresa de todos, el burro consiguió salir del pozo.
(Del mismo modo, la vida intentará engullirnos con toda clase de basuras. El truco para salir del agujero es sacudírselas para avanzar. Cada uno de nuestros obstáculos es una piedra que nos permite progresar. Podemos salir de los pozos más profundos no parándonos nunca.)

martes, 2 de abril de 2013

Cargando el pasado




Dos hombres iban caminando por el campo, al acercarse a un río se encontraron con una mujer que quería cruzar al otro lado, pero que no sabía como hacerlo, ya que no había ningún puente. El primer hombre se ofreció amablemente: –Si quieres podemos llevarte en brazos hasta el otro lado del río; y ella aceptó agradecida su ayuda.
Así que los dos hombres entrelazaron sus manos, lalevantaron y la llevaron hasta el otro lado del río. Después de seguir sus caminos, uno de ellos de pronto se quejó amargamente; –¡Mira mi ropa! –dijo. –Está toda sucia de barro por haber cruzado a esa mujer, la espalda me duele y me siento muy cansado.
El otro hombre simplemente sonrió y asintió con su cabeza. Más adelante, el segundo hombre se quejó nuevamente, ya no puedo seguir adelante, me duele todo, todavía siento el esfuerzo, dijo.
El primer hombre miró a su compañero, que ya estaba en el suelo quejándose y le dijo:
–¿Te has preguntado por qué yo no me estoy quejando?, te lo diré: La espalda te duele, porque todavía estás llevando a la mujer en tus brazos, pero yo la bajé apenas cruzamos el río.
Así es como somos nosotros. Llevamos las cargas del pasado sobre nuestros hombros. Ponemos una caja llena de odios, frustraciones, resentimientos, envidias, celos y muchísimas cosas más que, con el pasar de los años, se hace más pesada, hasta que un día, como el hombre de la historia, nos duele hasta el alma por el tremendo esfuerzo.
Jesús te dice:
«Ustedes viven siempre angustiados y preocupados. Vengan a mi, y yo los haré descansar» Mateo: 11:28